Open main menu

Verónica Romero -

Operaria de cuadrilla de agua y cloaca

destacada Verónica Romero
"Descubrí que tenía fuerza, me doy cuenta que puedo más de lo que pienso"

Verónica es operaria de cuadrilla de la empresa estatal de aguas AySA. Su trabajo es reparar tuberías, medidores, solucionar falta de agua y de presión en hogares o escapes en las veredas del distrito Matanza Sur, localidad de Ciudad Evita, provincia de Buenos Aires.

Verónica es una de las pioneras en el rubro. Ella junto a dos compañeras, a fines del 2021, fueron las primeras mujeres en capacitarse para esas labores.

“La capacitación fue constantemente en la calle. Desde el primer día que arrancamos salimos a la calle, ahí nos fueron enseñando los compañeros y capataces. Además, hicimos cursos de seguridad e higiene”, cuenta Verónica, que antes se dedicaba a la peluquería, por lo tanto, este trabajo significó aprender algo totalmente nuevo.

Ingresó a la empresa de aguas por una desgracia, su papá falleció por Covid y es política de la compañía que algún familiar pueda "heredar" su puesto. “Fue una alegría ingresar entre medio de tanto dolor”, dice Verónica que toma este cambio de rubro en su trayectoria laboral como una gran oportunidad.  “Pasé por 3 entrevistas y el puesto que podía ocupar era en cuadrilla, yo enseguida dije que sí pensando en mi futuro y el de mi nene, en salir adelante, pero me entró miedo, porque iba a ser la primera mujer. No había mujeres en esa área”. 

La inserción de mujeres en roles no tradicionales vino de la mano de las Políticas de Inclusión y los planes de acción hacia la paridad de puestos y funciones lanzadas en conjunto por la Secretaría de Género e Igualdad de Oportunidades y Trato del Sindicato Gran Buenos Aires de Trabajadores de Obras Sanitarias, al que pertenecen los trabajadores y trabajadoras y el área de Políticas de Género de AySA.

Hoy trabaja en cuadrillas mixtas de dos operarios, salen en camioneta con un ruteo por día que incluye diferentes reclamos a reparar, en la camioneta llevan las herramientas y los elementos de seguridad para el trabajo. 


¿Podés describir de una forma fácil para quienes no entienden de cuestiones técnicas en qué consiste tu trabajo?

Mayormente hacemos reparaciones de la caja de agua que está afuera, donde está el medidor y la llave donde ingresa el agua al domicilio. A veces tenemos que romper veredas para arreglar, por ahí está pinchada la manguera o se roban los medidores, o sólo se tapa la conexión y tenemos que buscar la solución. Por ejemplo, hoy nos pasó que tuvimos que arreglar una conexión que estaba muy por abajo de la vereda, porque son antiguas, y ahí tenemos que hacer pozos bastante hondos, encontrar el caño pinchado o en mal estado y cambiarlo. No cerramos válvulas, trabajamos con el agua corriendo, si hay que hacer cambio de llaves lo hacemos directamente. Si se rompe un caño principal muy grande, sí hay que cortar el agua. A veces terminamos empapados y a veces nos mojamos poco y nada.

¿Cuánto hay de maña y cuánto de fuerza en tu trabajo?

Un cincuenta y un cincuenta. Fuerza cuando tenés que romper las veredas, a veces nos toca hormigón, pero lo que es las uniones, poner piezas y demás no es tanta fuerza, sino que es habilidad y técnica con las herramientas. 

¿Precisás estar en un estado físico bueno?

Si, porque trabajamos constantemente arrodilladas y con fuerza en las piernas, el abdomen y los brazos. Usamos casco, guantes, anteojos tipo antiparras. Como trabajamos con agua no vemos lo que tenemos abajo, podemos cortarnos, siempre trabajamos con guantes.

A unos meses del inicio de esta nueva tarea ¿Cómo te sentís?

Cuando ingresé tenía miedo en todos los sentidos porque es una empresa de hombres. En lo que es cuadrilla, tenía miedo de llegar y sentirme rechazada; pero no, al contrario, todos conocían a mi papá y lo querían mucho. Y ahora me pone feliz sentir que puede haber más mujeres en este puesto, y que antes no teníamos esa posibilidad, sólo entrábamos para puestos comerciales o atención al público, ahora hay más puestos para mujeres y se abre una brecha muy grande de trabajo y siento el orgullo en ese sentido. Pero quiero decir que todos los días hay que afrontar cosas nuevas. 

¿Cómo es trabajar en la calle?

En la calle pasan muchas cosas, conoces todo tipo de gente, gente buena, gente no tan buena. Estar en la calle es peligroso en sí, vamos mirando, nos fijamos, pero ingresamos en todos los lugares que necesitan, nos fijamos bien los horarios para ir a los lugares que puedan ser “picantes”.

¿Recibís comentarios respecto a tu trabajo?

Todos los días, a la gente le asombra muchísimo que estemos trabajando mujeres en la calle en cuadrilla, no lo ven en otras empresas de servicios, te hacen comentarios positivos, algunos hombres grandes por ahí te dicen ´esto no es para las mujeres´, yo no me enojo, les digo que sí podemos.

Verónica señala que lo que más le costó fue aprender a usar las herramientas pero que con la práctica cada vez lo hace mejor y más rápido. Dice que su papá “estaría orgulloso de mi desempeño, él siempre quería algo bueno para mí, pero él creía que iba a entrar en una oficina, si me viera acá estaría feliz”.  También destaca que el clima laboral es muy agradable, sus compañeros son todo “risas y chistes” eso ayuda a encarar el día de una manera diferente: "incluso hasta te olvidas de los bajones que traes de tu casa”, agrega Verónica. 

Hoy reconoce que aún está muy emocionada con el trabajo en la cuadrilla, pero por supuesto aspira a aprender muchas cosas en la empresa y en un futuro seguir estudiando y perfeccionarse en otras áreas.

Fotos por Producción Audiovisual AySA