Macarena es abogada especialista en Derecho en Tecnología y Empresario. Se dedica a asesorar a empresas principalmente del rubro tecnológico. Es una de las pioneras en esta área y hoy trabaja para unas cincuenta compañías, a las que acompaña en las cuestiones legales en relación a la innovación informática y laboral.
“Facilitadora”. Así define Macarena su forma de trabajar, más vinculada a la asesoría y menos al litigio. “Soy del tipo de abogada que prefiere hacer y facilitar, que se concentra en las propuestas que traen los clientes en lugar de ver todo lo negativo que podría ocurrir. Estoy en un sector muy cambiante e innovador. Mi visión de la profesión es permitir ayudar a los demás a cumplir sus sueños, poniendo el Derecho al servicio de sus proyectos y no al revés”, dice.
Al mundo de las empresas IT (Information Technology, en su sigla en inglés o tecnología de la información), llegó a partir de 2003 a través de una capacitación en la UCA (Universidad Católica Argentina) y la experiencia en un estudio especializado en el tema. El gran salto lo dio en 2014 cuando decidió independizarse. “Fue un camino de ida, me costó la decisión. Yo sentía que estaba muy encorsetada en los estudios jurídicos, pero hice cuentas y aposté a probar sola”, recuerda. Desde entonces no paró de crecer laboralmente.
Macarena trabajó como asesora de la Cámara de Empresas de Software y Servicios Informáticos (CESSI) en la elaboración de varios proyectos de ley, que luego se aprobaron, para promover el desarrollo del sector.
“Me genera mucha adrenalina ayudar a quienes llevan adelante un emprendimiento a que puedan formalizarse y profesionalizar sus cuestiones jurídicas”, describe. La tecnología esta incorporada a la rutina de esta abogada que prácticamente no usa papeles. El celular y una notebook liviana se han convertido en su oficina.
Entre sus desafíos laborales señala que pretende “estar un paso adelante del problema o cuestión a analizar, tener la mente abierta para poder pensar más allá de lo que me consultan o plantean, ser flexible con soluciones innovadoras”. Asimismo, añora compatibilizar sus dos pasiones: el Derecho en Tecnología y la responsabilidad social.
“Por un lado trabajo para fortalecer los logros obtenidos en el ámbito del Derecho en Tecnología, con fuerte impacto en los beneficios fiscales para el sector del software y la economía del conocimiento, así como el asesoramiento empresario para proteger activos intangibles. Por otro lado, creo que es importante promover la formalización en la aplicación de las reglas de ética y compliance”. Como explica, muchas veces las empresas tienen estándares muy altos pero no formalizan esos procesos. “Yo promuevo que lo hagan porque en el mundo en el que vivimos la transparencia es un activo invaluable”.
¿Y cómo es trabajar en un área donde los hombres son mayoría? “Es un nicho de la economía muy versátil para llevar adelante un proyecto de vida, pero no muchas mujeres pueden verlo o encontrarle la vuelta. Requiere mucha solidez profesional y flexibilidad para adaptarse a un mundo de cambios constantes”, contesta con la confianza de quien logro reunir esos requisitos.