Es operaria en una importante fábrica de producción y ensamble de electrodomésticos. Hace tres años entró en el rubro industrial y hace uno ascendió a líder de línea. Destaca el trabajo en equipo y la posibilidad de crecimiento laboral que ofrece la industria.
Cuando Laura comenzó a trabajar de operaria en una fábrica de Campana, provincia de Buenos Aires, (en una de las plantas de un grupo líder en Argentina en fabricación, importación, comercialización y distribución de electrodomésticos) no tenía experiencia en el rubro, sin embargo, se formó en la tarea diariamente, pasó por diferentes áreas y labores de la planta y pudo crecer en poco tiempo.
Hoy se desempeña como líder de línea y su principal tarea es supervisar que todos los puestos funcionen correctamente. “Me encargo de las rotaciones, que no queden electros fuera de línea, que los operarios usen los elementos de seguridad y que todo se cumpla”, cuenta Laura.
Antes trabajó en esos mismos puestos donde se realiza el armado del producto. Si bien cada puesto de la línea de producción tiene una especificidad y un protocolo a seguir, llamado “hoja de proceso” -donde explica la tarea a realizar-, Laura acompaña, capacita y ayuda a los operarios, que van rotando en tres puestos por día. La rotación le parece fundamental para que “el brazo no se te acostumbre a un movimiento”.
Así se produce el ensamblado permanente de todo el producto que puede ser desde una procesadora a una aspiradora, ventilador, etc. No es siempre el mismo electrodoméstico, van cambiando “por eso es muy importante entender la hoja de proceso que tiene cada puesto, ahí dice qué tarea se debe ejecutar sobre el producto, la velocidad de línea, etc”.
Laura ve a diario cómo entra en la línea de producción una carcasa vacía y sale un electrodoméstico embalado (con el control de funcionamiento incluido), por eso destaca el trabajo en equipo que se debe lograr y lo asume como una de sus principales funciones. “Cumplimos con los objetivos en conjunto, aunque cada operario ocupe un lugar del proceso, es una labor individual pero no tanto porque si una persona pone mal una pieza le afecta a la que sigue en la línea, entonces es una tarea de todos para llegar a una pieza terminada”, explica.
Respecto al trabajo manual que realizan dice que aunque son operaciones sencillas y los pequeños electrodomésticos no requieren de fuerza física. “Hay que prestar mucha atención porque usás herramientas, tenés que atornillar; te capacitas a medida que vas trabajando”, destaca.
“Cada electrodoméstico tiene lo suyo. Trabajé mucho en la parte de ventilación y calefacción, cuando venia una batidora o una multiprocesadora era un desafío y hay algunos que son más complicados como los ventiladores industriales, ya que tiene piezas más pesadas y eso te cansa más”, detalla Laura.
Actualmente en la línea de producción la mayoría son mujeres pero sigue habiendo roles en la plata que son ocupados por varones, como el embalaje de los ventiladores industriales que son grandes y requieren mayor fuerza física. Pero Laura insiste en que “más vale maña que fuerza” y no se amedrenta ante una tarea identificada con los hombres como por ejemplo el abastecimiento de línea, trabajo que realizó también antes de ser líder. “Creo que todos podemos. Yo pedí abastecer, a pesar de que sabía que era un trabajo de hombre: consiste en llevar todos los productos que requiere la línea de producción para que puedan trabajar. Me gustaba andar todo el día manejando la zorra – carro para trasladar elementos pesados-, ahí tenés que evaluar los espacios, lugares y te movés todo el tiempo”, cuenta Laura.
Al haber pasado por diferentes áreas de la planta, Laura hoy conoce bien el funcionamiento de la fábrica y siente que es “un logro ser líder”. Una persona de su edad, 41 años, en gran cantidad de empresas tiene pocas oportunidades, apunta. “Para muchas empresas ya sos mayor, aunque tengas una experiencia y un deber del cumplimiento importante”, observa Laura.
Sobre el futuro, dice que su “anhelo es seguir creciendo y aprendiendo”. Respecto a la igualdad de género dentro de la industria no ve diferencias en la posibilidad de ejecución de las distintas tareas: “he visto y lo he vivido, los trabajos que históricamente hacían los hombres los puede hacer una mujer”. Laura no duda en su postura: “No veo diferencia entre hombres y mujeres a la hora de trabajar en la fábrica, para mí la igualdad de género implica que los hombres y las mujeres reciban los mismos beneficios y sean tratados de la misma manera”.