Florencia Luna es investigadora principal del Conicet, dirige una maestría en Bioética y tiene una larga trayectoria. Ejerce la dirección del Programa de Bioética de FLACSO (Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales), da clases en la universidad, y dirige un programa de entrenamiento en ética e investigación para toda Latinoamérica.
La bioética es el estudio sistemático de la conducta humana a la luz de la ética y los valores en el campo de la medicina y las ciencias biológicas. Analiza y reflexiona sobre los diferentes campos de desarrollo humano, pero principalmente considera la salud y la investigación. Abarca cuestiones desde la distribución de recursos en salud hasta la relación profesional y paciente. La bioética analiza, entonces, los grandes dilemas que plantea la medicina, y brinda una mirada hacia nuevas generaciones y hacia el futuro: constituye una forma de aplicar la filosofía a la práctica médica.
Desde pequeña, Florencia quería ser médica. Soñaba con un viaje por el país, recorriendo los pueblos y dando servicio de salud y asistencia a los carenciados. Cuando tenía 14 años, su padre la llevó a presenciar una cirugía que practicaba un amigo de la familia y ella se impresionó mucho; esa imagen de la medicina quedó guardada dentro suyo por algún tiempo.
Posteriormente, fue también su padre quién le acercó un libro de Willy Durand, Historia de la filosofía, el cual marcó un camino para Florencia y para sus intereses., siendo así que a los 16 años ya estaba segura que quería hacer filosofía; la dirigía su gran interés por pensar los grandes temas de la humanidad y la consecución de sus respuestas. En ese entonces comenzó un recorrido académico y de investigación que la haría recorrer el mundo. “Cuando empecé era muy joven y no existía el área específica de la bioética en la Argentina. Mi estrategia fue no hacer ruido (no tratar los temas más controvertidos) hasta poder hacerlo con solvencia intelectual y académica, y a eso me dediqué”.
Con el tiempo, terminó uniendo de una manera muy particular medicina y filosofía. En el año 84, finalizando sus estudios en filosofía, en un seminario del Doctor Eduardo Rabossi, Secretario de Derechos Humanos de ese entonces, accedió a un libro que trataba los temas de aborto y eutanasia que disparó sobre Florencia un gran interés. Comenzó a trabajar con el doctor cuestiones teóricas, ganó sus primeras becas en el Conicet y realizó su tesis de licenciatura.
“Viajé a Columbia (Nueva York) a hacer un master en filosofía y empecé a averiguar sobre bioética, pero en Columbia sólo podían estudiar los no-graduados. No desistí y encontré un curso para graduados en el hospital de Mount Sinai”.
Antes de doctorarse, junto a una colega Florencia escribió su primer libro, Introducción a la Bioética. “Cuando volvía a Buenos Aires, en el aeropuerto hablé con Arleen Salles, y pensamos que teníamos que hacer un libro que presentara de manera más imparcial los debates”, recuerda con nostalgia.
Muchos de los temas que trabajaba Florencia eran muy nuevos para la época, y a través de tesis y teorías incorporaba temas como el aborto desde una perspectiva diferente. Nos cuenta que la perspectiva de género siempre estuvo presente en su formación con jóvenes profesoras, como Diana Maffia.
Florencia se siente en la universidad como en su casa; se la ve muy cómoda dando clases y aportando a la sociedad con una mirada que analiza los temas que mueven y construyen culturalmente los procesos dentro del área de la salud, por ejemplo. Si bien una buena parte de su trabajo la realiza escribiendo en bares, a lo que se suman reuniones y viajes, le gusta escribir en papel y tener espacios de soledad y reflexión durante el proceso de trabajo de investigación.
“Escribir siempre me gustó mucho, delinear ideas hasta llegar a lo que uno quiere decir. Hay una parte creativa que me fascina y hay otra parte que consiste en pensar la sociedad. Yo siento que la filosofía y la ética tienen algo lúdico, porque uno puede jugar e imaginar mundos posibles y situaciones. Pero en bioética, en general, hay alguien que está esperando una respuesta, entonces uno tiene que buscar algo más concreto para poder ayudar resolver un problema particular”, señala.
Florencia fue una de las mujeres que dejó su visión en la Cámara de Diputados de la Nación, argumentando su posición a favor del aborto legal, seguro y gratuito. “Fue una experiencia increíble, impensado tener esa posibilidad. Desde hace mucho tiempo que vengo trabajando los temas de género, y cuando estaba sentada esperando mi turno para hablar, me invadió una gran emoción. No podía creer finalmente estar viviendo algo así”.
Florencia tiene una gran vocación y espíritu de servicio, y desea aportar en pos de facilitar la tarea de los profesionales que buscan respuestas sobre temas complejos y profundos de la sociedad. Justamente, el concepto de vulnerabilidad que propone a través de su investigación está siendo utilizado por otros. También, nos cuenta que la llena de alegría cuando sus alumnos le comentan que, a partir de las clases, su mirada sobre algunas cuestiones cambió.
La trayectoria de Florencia y su interés por aportar desde la bioética se ve reflejado en la dedicación, reconocimientos de colegas y búsqueda permanente de nuevos conocimientos e investigación que fortalezcan y amplíen sus visiones e ideas: “Me mueven las cuestiones de respeto hacia las mayorías que funcionan como minorías, como por ejemplo las mujeres. Creo que necesitamos cierta consistencia en lo que planteamos como sociedad, y espero que los valores por los que trabajo se puedan transmitir. Considero que es lo más importante”.