Florencia es la creadora de Viajeras por el Mundo, agencia volcada a organizar y acompañar argentinas que desean recorrer un país lejano a través de una experiencia que permita realmente embeberse en la cultura local:
La idea de desarrollar esta actividad de manera profesional surgió luego de un viaje a India que realizó en el 2010. Dejó su carrera de sociología y la posibilidad de insertarse en el mundo académico como profesora. Su primer viaje a ese lejano país lo hizo sola, era una época en que nadie podía acompañarla, pero no bajó los brazos y se lanzó a recorrer un país culturalmente muy diferente al nuestro. La experiencia recogida se transformó en un proyecto laboral.
“Viví seis meses en India. Recorrí sus callecitas, estudié danza y yoga, conviví con una familia local, participé en sus ceremonias y rituales, a mi regreso a Argentina conocí mujeres con las que compartiamos el mismo deseo de viajar”, cuenta Florencia. El resultado es que hoy organiza y guía cinco viajes por año: dos a India (norte y sur), uno a Indonesia, un retiro de yoga a Brasil y otro en algún lugar menos explorado de Argentina. Los grupos son conformados exclusivamente por mujeres, no más de 14, que desean vivenciar una fuerte experiencia cultural. Para esto muchas veces se necesita tiempo. Para India, Flor organiza viajes de 21 días, porque considera que es el tiempo mínimo necesario para descubrir lo genuino de aquel país.
Florencia se define como curadora de viajes ya que sus tours están armados en base a su experiencia personal. “No propongo un destino que no conozco profundamente. He recorrido varias veces los lugares a los cuales acompaño. Conozco los secretos de cada ciudad, las costumbres y particularidades de su cultura”. Es así que los viajes incluyen clases de cocina, espectáculos de danza, masajes ayurvédicos y hasta ir al cine, una actividad muy típica en India.
El trabajo de campo - el viaje en sí mismo - es lo que más le gusta y genera adrenalina , pero ella también pasa mucho tiempo armando los itinerarios. Para estos, privilegia situaciones que permitan a las viajeras “callejear”, eligiendo hoteles en zonas céntricas. La recomendación relativa a la seguridad es respetar los códigos de vestimenta locales como no exponer los hombros ni llevar escotes profundos.
La experiencia personal de viajera que tiene es su distintivo profesional, a eso se le suma la empatía que aprendió a desarrollar con las viajeras, más la simpatía y dones de guía que tiene naturalmente. Esta combinación la convirtieron en una referente del ámbito turístico alternativo a destinos exóticos.
A Flor le interesa mucho destacar el tema de la energía femenina en la que se mueve profesionalmente porque “conectar y coordinar mujeres” le parece maravilloso. Antes de emprender el viaje, busca evaluar la personalidad de cada una de las participantes, sus deseos y temperamentos. Esta es también su estrategia para estar prevenida y atajar todas las situaciones que se pueden presentar.
En ese sentido, siente que es una especie de puente entre el deseo de muchas mujeres de hacer un viaje y la concreción del mismo. “Estos viajes muchas veces responden a procesos de transformación personal, especialmente cuando el destino es India”, explica.
Cuenta que algunas mujeres eligen conocer aquel país después de indagaciones sobre el futuro, hechos bisagras o importantes en sus vidas. Se encuentra con viajeras que encaran el viaje para afianzar relaciones entre madres e hijas, o piensan al regreso en la perspectiva de la maternidad, otras son motivadas por el cambio de prioridades, separaciones o por pérdidas dolorosas. Por ejemplo, viudas que optan por ir a India como su primera experiencia de viaje solas, convirtiéndose así en una experiencia fundante en sus vidas.
Flor evalúa que “gran parte de mi trabajo es acompañar a otra mujer en una especie de iniciación. Es común que al regreso del viaje muchas empiecen a practicar yoga, cambien de trabajo o sus parejas”.
Y reconoce que obtiene una gran satisfacción al acompañar a otras mujeres en descubrir nuevas perspectivas de la vida. “Aunque no sea terapeuta ni psicóloga, esta actividad me permitió desarrollar una capacidad de empatizar y contener a mujeres que pasan por profundos procesos de transformación”.
Su mayor orgulloso como organizadora y guía profesional de viajes es que sus viajeras vuelvan, repitan destino o esperen ansiosas las nuevas propuestas para a salir a recorrer el mundo acompañadas.