Belen es fotógrafa especializada en retratar la naturaleza, sus fotos captan la flora, fauna y paisajes de Argentina hace más de 20 años. Además, brinda cursos especializados en el tema y organiza expediciones fotográficas a diferentes puntos del país, especialmente a los Esteros del Iberá.
Belen se formó como fotógrafa de naturaleza de manera autodidacta, antes había estudiado diseño gráfico y trabajaba en una editorial, recuerda que cada vez que tenía que diseñar artículos de Argentina con paisajes y fauna cuando le llegaban las diapositivas decía: qué lindo poder hacer esto, viajar y sacar fotos. Su papá era fotógrafo de sociales, las vacaciones con él eran pura aventura: “mi papá nos cargaba a todos en el auto y nos íbamos en carpa, siempre agarrábamos los caminos de tierra y mi papá era el encargado de sacar las fotos, y cuando volvíamos nos juntamos con amigos y familia y compartíamos esas fotos. De ahí me quedó el chip de viajar y compartir lo que habíamos visto”.
“Años más tarde mi papá me prestó mi primera cámara, en ese momento no sabía que había una especialización en fotos de naturaleza, recién arrancaba internet y no había tanta información y por esas cosas de la vida llegué a un foro de fotógrafos de España y descubrí toda esa movida de la fotografía de naturaleza, terminamos editando un libro con los españoles, eso me llevó a que me inviten a España a trabajar”, relata Belen sobre sus inicios. Así fue miembro fundador de la International Wildlife Photography Society de España, donde ocupó el cargo de vicepresidente hasta el 2003.
Con este nuevo rumbo laboral se animó a dar el salto definitivo del diseño a la fotografía. Desde entonces se perfeccionó, aprendió técnicas fotográficas y creció en la materia.
A su regreso al país, se desempeñó como corresponsal de las revistas españolas Objetivo Natural y Naturaleza Salvaje. Fue editora fotográfica de las enciclopedias Animales y Animales en acción del National Geographic . Y delegada en Argentina y Chile de la International Wildlife Photography Society (del 2004 al 2010).
En abril de 2003 creó Fotografía de Naturaleza Argentina, FNA, desde donde propone y lleva adelante diferentes proyectos educativos y de divulgación de esta especialidad fotográfica; además realiza charlas sobre fotografía de naturaleza, dicta talleres y cursos de fotografía de vida silvestre en diferentes zonas del país.
Hoy es editora y directora de la revista digital Argentina Photo Nature y parte de la comisión directiva de la Asociación Argentina de Fotógrafos de Naturaleza, AFONA.
En abril del 2021 creó su canal de YouTube, sumando una nueva plataforma para continuar ofreciendo contenidos relacionados a la fotografía de naturaleza.
Desde 2006 organiza las Expediciones Fotográficas FNA, especialmente diseñadas para personas que buscan retratar medios naturales de Argentina. Ha guiado a más de 2.000 fotógrafos amateurs y profesionales por distintos rincones del país.
De esta manera ya son 15 años que viaja ininterrumpidamente a los Esteros del Iberá, expediciones que comienzan en el mes de septiembre. Durante los inviernos se dedica a organizarlas, así como a brindar cursos y capacitaciones y, con la pandemia, amplió su oferta virtual a la que le dedica mucho tiempo y esfuerzo. También participa regularmente en ferias y congresos de fotografía.
¿Cómo son las expediciones fotográficas que guías?
Los grupos son de 10 a 12 como mucho para movernos tranquilos en el campo y sacar buenas fotos que es la misión. Parece que fuera un gran equipo pero hago todo yo. Ya tengo la hostería que nos da todos los servicios, mi guía local está entrenado para llevar fotógrafos, siempre le digo que hay tres tipos de turismo: el que va de vacaciones, que no le importa si está cerca o lejos el bicho, los ornitólogos que si los pájaros están lejos no importa porque los ven con largavistas y los más complicados que somos los fotógrafos que necesitamos estar cerca con buena luz, así que nuestro guía ya sabe lo que buscamos.
¿Por qué es a los Esteros del Iberá donde realizás más expediciones?
Porque es el lugar asegurado para ver cantidad de especies diferentes: ciervos, monos, aves, yacarés, carpinchos, es impresionante. La gran ventaja que tiene es ser Parque Provincial desde hace 30 años. Dicen en broma, pero es en serio, que hay un pacto con la naturaleza. Ellos no molestan a la naturaleza y ella nos brinda todo lo que nos brinda. Los animales están muy acostumbrados a la gente y podés lograr acercamientos y ver bichos que no ves en otros lados. Eso tiene de maravilloso.
¿Cuáles son los límites a tener en cuenta y el respeto como fotógrafos con el cuidado del ambiente al que van?
Eso lo machaco mucho tanto en los cursos como en las salidas. Siempre digo que la fotografía nunca es más importante que lo que estamos fotografiando, entonces soy pesada con eso: no manipular, no acercarse de más, siempre cuando vemos que el animal cambia de posición o postura, que es cuando nota nuestra presencia, es hasta ahí donde nos podemos acercar. En ese sentido, siempre bajo línea del respeto de lo que tenemos que fotografiar. Yo me califico como una corresponsal de la naturaleza, saco fotos para mostrar la naturaleza y darla a conocer, porque no se cuida lo que no se conoce. En eso insisto mucho y también insisto en los cursos y en las salidas en que usen sus fotos para algo, para difundir, por medio de las redes sociales, en las escuelas, que hagan algo además del placer de haber logrado la foto de la especie que estaban buscando.
¿Cuán cerca se puede estar de un animal sin molestarlo?
Generalmente, todos los bichos tienen una distancia mínima de seguridad, siempre van a hacer algo o dejar de hacer algo que te avisa cuál es la distancia. Por ejemplo el carpincho está siempre comiendo, cuando vos hiciste un paso de más y deja de comer, te está diciendo hasta ahí te podés acercar, hasta ahí me siento seguro. En los casos que yo estuve más cerca es porque estaba sentada y el bicho se me acercó, entonces, no lo fui a buscar, he tenido un gato montés que me pasó entre las piernas, cosas insólitas. Es lo más lindo porque te das cuenta que no se siente amenazado, pero es, generalmente, cuando no hago fotos y me dedico a disfrutar del momento.
¿Cuál fue la especie más curiosa que fotografiaste?
La que para mí es la más emblemática y la busqué mucho es el aguará guazú, un zorro nocturno de Corrientes, muy esquivo. Está en peligro de extinción, es muy difícil de ver, y en una oportunidad, en el camino a Iberá, nos cruzamos con uno que nos dio tres segundos para hacer unas fotos. Saqué tres, dos horribles que eran una pelota de pelos y una que capturó el momento en que se dio vuelta y me miró. Fueron los tres segundos más hermosos de mi vida. No me aburro de ir a Iberá, voy mínimo tres veces por año, y siempre hay cosas nuevas, siempre aparecen animales nuevos. De hecho, hay especies que he visto pero no he logrado una buena foto, por ejemplo, el lobito de río, que es como una nutria, también en peligro de extinción. Se lo suele ver pero desde lejos, se muestra pero no logré fotografiarlo, así que es mi zanahoria para seguir buscando e ir.
¿Cómo te preparás en cuanto al equipo y físicamente para salir de expedición?
Nosotros somos medios loquitos, si bien los equipos pesan y caminamos mucho y a pesar de mi edad, llega un momento que estás haciendo lo que te gusta y te apasiona, así que te olvidás del peso. A la noche cuando volvés, te pegás una ducha y te das cuenta todo lo que caminaste. Pero en el momento, te metés en el barro, te pican los bichos, te morís de frío y lo disfrutás. Yo llevo mi mochila con todo el equipo, pero a las salidas no llevo todo, sino el lente largo porque me gusta la fotografía de animales y, puntualmente, lo que sé que voy a usar, eso me enfoca a un tipo de foto. Si llevara el lente especial para hacer paisajes y el otro para hacer macro y el otro para hacer fauna no estaría enfocada en un tema, estaría sacando al voleo. Por eso llevo un solo lente y me conecto con lo que voy a fotografiar. Respecto del tema del camuflaje, siempre digo que nos tenemos que vestir de lechuga, pero en realidad para algunas especies sí hay que usar camuflaje y técnicas, esconderse más, pero para el resto podés ir con cualquier indumentaria, o vestirte según la zona donde vayas, equipado para el lugar donde vas a moverte. En lo que es fauna conviene ir con colores apagados para esconderte, ropa que no sea ruidosa, calzado cómodo de caña alta, porque caminamos por terrenos irregulares. No es tanto el equipo, sino conocer el lugar previo al que vamos a sacar fotos.
¿Tenés algún lugar soñado donde ir a sacar fotos?
En algún momento, como todo fotógrafo, tuve el sueño de África hasta que empecé a recorrer más Argentina, me di cuenta que tenemos tanto, en paisaje, en bichos, en cultura, en territorios, en diversidad. De modo que prefiero gastar la plata que me saldría viajar a África acá en Argentina. Aún me quedan muchos rincones por recorrer.
¿Qué características tiene que tener un fotógrafo de naturaleza?
Principalmente paciencia. Tenés que saber que podés salir y no traer ninguna foto, y pasión. Si te gusta vas a disfrutar el solo hecho de salir a buscar el bicho o el paisaje. Disfrutar del momento y no solo del resultado. Si lograste la foto ¡buenísimo! y si no, sabés que la naturaleza te va dar la oportunidad en otro momento. Eso es lo que te incentiva a seguir saliendo.
Belen destaca que le encanta la adrenalina y desafío que le da esta profesión al salir a los ambientes naturales pero también reconoce que sacar la foto de una especie es complejo, requiere una preparación previa, conocer el lugar y estudiar al animal que se va a buscar.
Belen tiene como proyecto fotografiar pumas, que es una especie muy difícil de ver, así que está estudiando algunos lugares de Chile donde hay más posibilidades, ya que los cazan mucho menos y hay guías especializados en estos animales.
Belen es autora, entre otros, de los libros Guía práctica para mejorar tus fotografías de fauna, Ediciones Aitue, 2016 y Esteros del Iberá, Vazquez Mazzini Editores, 2010.